C U A D E R N O D E B I T Á C O R A
TEMA:¿PENSAMIENTO PROFANO?
AUTOR:"GOI"
Capítulo XVIII: SIMBOLISMO Y FILOSOFÍA
(1)Si el simbolismo es, como hemos explicado, esencialmente inherente a todo loque presenta un carácter tradicional, es también, al mismo tiempo, uno delos rasgos por los cuales las doctrinas tradicionales, en su conjunto (puesesto se aplica a la vez a los dominios esotérico y exotérico), sedistinguen, a primera vista, del pensamiento profano, al cual este mismosimbolismo es totalmente ajeno, y ello necesariamente, debido a que traducepropiamente algo "no humano", que no podría en modo alguno existir ensemejante caso. Sin embargo, los filósofos, que son los representantes porexcelencia, si puede decirse, de este pensamiento profano, pero que no porello tienen menos pretensiones para ocuparse de las cosas más diversas, comosi su competencia se extendiera a todo, se ocupan a menudo también desimbolismo, y llegan entonces a emitir las ideas y teorías más extrañas; tales así que algunos han querido constituir una "psicología del simbolismo",lo cual está vinculado a ese error específicamente moderno que puededesignarse con la palabra "psicologismo", y que no es sino un casoparticular de la tendencia a reducirlo todo a elementos exclusivamentehumanos. No obstante, hay algunos de entre ellos que reconocen que elsimbolismo no deriva de la filosofía; pero con intención de dar a estaaserción un sentido visiblemente desfavorable, como si el simbolismo fuera asus ojos algo inferior e incluso despreciable; y uno se podría preguntar, alver la manera en que hablan, si no lo confunden simplemente con elpseudo-simbolismo de algunos literatos, tomando así como el verdaderosignificado del término lo que no es sino un empleo totalmente abusivo ydesviado. En realidad, si el simbolismo es una "forma de pensamiento" comose dice, lo que en cierto sentido es verdad, aunque ello no impide que seatambién y principalmente algo distinto, la filosofía es otra, radicalmentediferente, e incluso opuesta a aquel en diversos aspectos. Se puede ir máslejos: la forma de pensamiento que representa la filosofía no correspondesino a un punto de vista muy especial que no podría, ni siquiera en loscasos más favorables, ser válida mas que en un dominio muy restringido, ycuyo mayor error, inherente por otra parte a todo el pensamiento profanocomo tal, es quizá el no saber o no querer reconocer sus límites; elsimbolismo, como puede uno darse cuenta tras lo que ya hemos explicado,tiene un alcance totalmente distinto; e, incluso no viendo aquí nada más quedos formas de pensamiento (lo cual es propiamente confundir la utilizacióndel simbolismo con su esencia), sería todavía un grave error querersituarlas en el mismo plano. El que los filósofos no sean de este parecer noprueba nada; para poner las cosas en su justo lugar, es preciso ante todoconsiderarlas con imparcialidad, lo que no pueden en este caso hacer; y, encuanto a nosotros, estamos persuadidos de que, en tanto que filósofos, nollegarán jamás a penetrar el profundo sentido del menor símbolo, porque hayaquí algo que está completamente fuera de su manera de pensar y queinevitablemente sobrepasa su comprensión.
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