EVOLUCIÓN LITERATURA PIURANA (part01)
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1. PRIMERA FUENTE DE ANDRES VERA CORDOVA:
El proceso de la narrativa regional no es un acto casual, ni tampoco es una isla, sino que está contenido dentro del entorno nacional, cuyas características han marcado el inicio y la evolución del mismo.
Desde la etapa prehispánica en que su acción creadora se nutre de la cantera de la oralidad, expresando sentimientos, estados de ánimo y la costumbre de agradecer y adorar animales, el sol, agua, piedras, etc, hasta la modernidad que incluye ingredientes de nuevos temas y técnicas más depuradas, nuestra narrativa sin lugar a dudas ha experimentado una evolución que a través de los años se viene afirmando y consolidando cada vez más. Una reafirmación de lo aseverado son las opiniones de la voz imparcial del crítico literario huancaíno Manuel Baquerizo cuando afirma "Uno de los hechos más significativos en el desarrollo de la literatura del Perú en estos últimos años -no reparado por la crítica- es la presencia activa e inusitadamente creadora, de varios núcleos de escritores, radicados en las ciudades del interior del país. La hegemonía de los autores provincianos en la capital -que viene advirtiéndose, desde los años 20- ya no es ninguna novedad; en cambio, si lo es la producción de una rica obra literaria que actualmente se da en el cuadro de las pequeñas urbes no metropolitanas. Si nos limitamos solamente a los narradores, merecen ser destacados aquí los grupos que existen en Piura, Huánuco, Cusco y Ayacucho. La literatura que se elabora fuera de Lima generalmente es desconocida y subestimada. Por eso, no nos sorprendería descubrir más tarde otros movimientos de similar calidad en apartados rincones del Perú".
Es por eso que en base a lo afirmado, nosotros creemos que la lucha por la construcción de una literatura peruana, solo se conseguirá con la identificación, el desarrollo y el reconocimiento de sus respectivas literaturas regionales. Es pues, nuestro ancestral universo comprendido en los territorios del milenario Chimú-Cápac donde se desarrollaron los ayahuancas, huancapampas, tallanes, etc, hasta los linderos de los dominios del cacique Chiri-maga en Tumbes, conjuntamente con sus mitos, leyendas con su rol piurano y los esteros tumbesinos los que han servido de marco al escritor regional para su quehacer creativo, al cual ha ido sumandoel ámbito urbano con sus miserias y soledades, violencias y angustias existenciales enriqueciendo la rica veta que le servirá para desarrollar en una forma sólida su trabajo creativo.
El presente enfoque tiene como base la investigación directa de obras y autores. Tal vez cometa la injusticia de no consignar alguna, pero nos reconforta pensar que tanto los consignados como los olvidados para su reconocimiento deberán esperar el veredicto inequívoco de ese juez insobornable que los hombres llaman tiempo.
Para hablar de la evolución de nuestra narrativa, primero tenemos que buscar su punto de partida. Son muchos los estudiosos que coinciden en que su generatriz está en la obra de Francisco Vegas Seminario (1904-1988), autor del libro de cuentos "Chicha, sol y sangre" (1946), publicado en Paris y prologado por Ventura García Calderón y de las novelas "las montoneras", "Taita Yoveraque", "Tierra embrujada", "cuando los mariscales combaten" y muchas más, obras que lo colocaron a la altura de un Ciro Alegría y de un José María Arguedas. Son manifestaciones de esta primera etapa las obras de Miguel Justino Ramírez (1906), "La atrapadora" y "Lo que el cholo cano me dijo", novelas de escasa difusión escritas por la década del 50. También se puede mencionar "El romance en el coloche" de Jorge Moscol Urbina, "Cuando canta él, ya acabó" de Rómulo León Saldivar, "La suyana" de Lola Cruz de Acha, más conocida como La Capullana.
Las características de esta narrativa es la de reflejar las costumbres, mitos y leyendas de la geografía rural de nuestra región, dándose en este intento improntus románticos dentro de un paisaje bucólico. Todo esto caracterizado por quedarse dentro del plano anecdótico, siendo por supuesto la excepción la obra de Francisco Vegas Seminario. Es característica propia de estas obras si estilo lineal como fueron escritas.
Otra coincidencia que podemos mencionar dentro de este enfoque es la de afirmar que a partir de la obra "El viejo saurio se retira", de Miguel Gutiérrez, se marca una nueva etapa para la narrativa regional piurana. El libro nos presenta un trabajo creativo más sólido con una densidad en el contenido y un renovado brillo en la forma. En él el autor sale del encasillamiento en que navegaban los narradores de nuestra primera etapa, anexando al ámbito rural el mundo urbano. Su mejor trato de la temática aparejado al manejo de un estilo renovado, cargado de efectos sugestivos que obliga al lector a realizar una relectura con la finalidad de desentrañar el mensaje que el narrador nos quiere manifestar.
A este hito que nos señala la evolución de nuestra narrativa es justo señalar las magistrales obras de Cronwell Jara Jiménez como su libro de cuentos "Las huellas del puma", "Montacerdos", "Don Rómulo Ramírez cazador de cóndores", "Baba Osaín, cimarrón ora por la Santa Muerta" y su novela "Patíbulo para un caballo", que conjuntamente con la novela de "Hombres de caminos" del mismo Gutiérrez marcan la consolidación de nuestra narrativa regional. Sumado a todo esto tenemos el hecho que en la década del 80 el Perú ha visto nacer de nuestras canteras regionales una gran cantidad y calidad de obras que actualmente están dando que hablar mucho en el ámbito nacional, además de haber transpuesto fronteras.
Libros como "Los cuentos tallanes" de Víctor Borrero Vargas han causado admiración en estudiosos de la literatura, su lenguaje renovado premunido de una técnica ajustada al relato logran un equilibrio creativo que hacen del libro una obra sólida, capaz de cotejarse con la mejor narrativa nacional. Si el lector tuviera en sus manos libros como "Emboscada" del talareño Rigoberto Meza Chunga, "Páramo Rojo" del chulucanense Carlos Espinoza León", "Crónica de los olvidados" del piurano Sifredo Burneo, "Lactuc" de Mario Palomino, "La justicia de Patrocinio" de Genaro Maza Vera, "Mec non" de Houdini Guerrero Torres, "El sertón del Algarrobo" de Wilmer Rojas, "Cuando éramos churres" de Juan Félix Cortez, "Somos de junto al río" de Cristian Fernández y muchos libros más, actualmente en circulación, nos permiten tener una visión de la literatura regional piurana, que es vasta en producción y que nos muestra una temática inagotable.
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